Enrique Ángel Angelelli (17 de junio de 1923 – †4 de agosto de 1976) fue un obispo de la Iglesia Católica Romana de Argentina, asesinado durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional por sus luchas sociales.
Angelelli, hijo de italianos inmigrantes, nace en la ciudad de Córdoba. Entra al Seminario de Ntra. Sra. de Loreto a los 15 años de edad. Termina sus estudios en Roma. Es ordenado presbístero allí, el 9 de octubre de 1949, retornando a Córdoba.
Comienza en una Parroquia, fundando un movimiento juvenil y visitando las villas miseria de Córdoba.
Enfocó su trabajo Pastoral en las condiciones inhumanas de los pobres. El Papa Juan XXIII lo nombra Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba el 12 de diciembre de 1960. Se involucró en los conflictos laborales gremiales, y trabajó con otros sacerdotes para reconquistar un lugar para la Iglesia, causando que fuese resistido por el conservadurismo eclesial. En 1964 fue removido de su puesto. Pero al mismo tiempo, parte a Roma y se suma al Concilio Vaticano Segundo.
La Rioja
Después de cuatro años, el 3 de julio de 1968, el Papa Pablo VI lo nombra obispo de la Diócesis de La Rioja, en el noroeste de Argentina.
En La Rioja, Angelelli colaboró en crear sindicatos de mineros, trabajadores rurales y de domésticas, así como cooperativas de trabajo, de telares, fabricas de ladrillos, panaderos y para trabajar la tierra. Una de estas cooperativas solicito la expropiación de un latifundio que había crecido a través de la apropiación de pequeñas parcelas porque sus propietarios no podían pagar sus deudas. El Gobernador Carlos Menem, prometió que iba a transferir dichas tierras a la cooperativa.
El 13 de junio de 1973, Angelelli fue a Anillaco, la ciudad natal de Menem para presidir las fiestas patronales de esta ciudad. Fue recibido por una turba liderada por comerciantes y terratenientes, y entre ellos Amado Menem, el hermano del gobernador, y sus hijos César y Manuel. La turba entró a la fuerza en la iglesia, y cuando Angelelli suspendió la celebración y sale de allí, ellos le lanzaron piedras.
Posición de la Iglesia Católica
Después de la muerte de Angelelli, la Iglesia Católica oficialmente aceptó la "historia del accidente automovilístico", aunque oficiosamente algunos de sus miembros (mencionados abajo) hablaron en contra. L'Osservatore Romano reportó esa muerte como "un extraño accidente". El Cardenal Juan Carlos Aramburu negó que fuese un crimen. Diez años más tarde, aún después que la sentencia pasó por el juzgado del Juez Morales en la ciudad de La Rioja, la jerarquía de la Iglesia continuó evitando hacer referencia al asesinato. En el 2001, una declaración emitida por la Conferencia Episcopal Argentina estableció que "la muerte lo encontró mientras completaba una ardua misión, acompañando a la comunidad herida por las muertes de sus pastores"
Homenajes a Angelelli
El 2 de agosto de 2006, dos días antes del 30º Aniversario de su asesinato, el Presidente de Argentina Néstor Kirchner firma un decreto declarando el 4 de agosto día nacional de duelo, dando un discurso en la Casa Rosada "conmemorando a los religiosos que fueron víctimas del terrorismo de Estado". Estela Barnes de Carlotto, de las Abuelas de Plaza de Mayo que escuchó misa en homenaje al Obispo Angelelli, dijo atendiendo al velado "homenaje" de la Jerarquía católica: "No quiero que Monseñor sea hecho una estampa. Él está vivo en nuestra memoria."
El día del aniversario, el cardenal Jorge Bergoglio dio misa en la Catedral de La Rioja en memoria de Angelelli. En su homilía él dijo de Angelelli "removió piedras que cayeron sobre él por proclamar el Evangelio, y se empapó de su propia sangre", pero no hizo mención explícita de la participación de la dictadura en el crimen.
Bergoglio sentenció con una de Tertuliano "[la] sangre de los mártires [es la] semilla de la Iglesia". Así, fue la 1ª palabra oficial de la Iglesia Argentina sobre Angelelli, y la 1ª vez que se lo invocaba mártir.
Después de la misa, 2.000 personas (incluyendo al gobernador de La Rioja Ángel Maza) rindieron homenaje a Angelelli en Punta de los Llanos, donde se produjo el crimen. Angelelli formó parte, junto a Jorge Novak, Jaime de Nevares y Miguel Hesayne, del grupo de obispos que denunció más enérgicamente las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
lunes, 19 de abril de 2010
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